Durante décadas, países como Brasil han implementado políticas de acción afirmativa buscando reparar la deuda histórica del racismo estructural. Entre ellas, la Ley de Cuotas para la Educación Superior (Ley 12.711/2012), reserva un porcentaje de vacantes para estudiantes de escuelas públicas, de bajos ingresos, y que se identifiquen con minorías étnicas y raciales (negros, mulatos e indígenas).
Sin embargo, el proceso de autodeclaración ha generado controversias. Para evitar fraudes, muchas universidades establecen comisiones de verificación fenotípica, que evalúan si la apariencia de una persona coincide con la identidad racial declarada, una práctica que plantea serios dilemas éticos y sociales.
Gabriel, un joven residente en Brasil y que se identifica indigena, solicitó su ingreso a una universidad pública a través de la Ley de Cuotas. A pesar de su autodeclaración, la comisión evaluadora le denegó el derecho, argumentando que su fenotipo (apariencia física) no cumplía con los criterios establecidos.
Frustrado por esta negación, Gabriel decidió apelar la decisión, pero con una herramienta novedosa: un test de ancestría genética.
Les invitamos a ver y comentar los resultados del test y a discutir el caso de Gabriel.
RESPONDAN ¿Creen que los resultados de un test genético de ancestría pueden validar o refutar una identidad racial? ¿Por qué?
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